22.8.09
invocación al mar
Estás entrando en mi piel como crema de melisa y anís.
Tú, tormenta y
yo, torre.
Nos encontramos en el mar recién peinado.
Que aguante la marea nuestra luz.
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"Insisto en interesarme únicamente por los libros que se dejan abiertos como puertas batientes y que no necesitan claves para ser entendidos. Seguiré viviendo en mi morada de cristal, en la que en cualquier momento uno puede ver quién viene a visitarme, donde todo lo que cuelga del techo y de las paredes se sostiene como por encanto, donde por las noches descanso sobre un lecho de vidrio con sábanas de vidrio, donde quien yo soy, me será revelado más pronto o más tarde grabado al diamante".