"Verrà la morte e avrà i tuoi occhi
questa morte che ci accompagna..."
Hay días en que el alma se quiebra como un vaso
y parece que hasta cuesta respirar.
Ruedan los trozos de cristal por el pasillo.
Intentan reflejar la figura completa,
pero el empeño
no nació para ser siempre resultado.
Hay que saber depositar las armas a tiempo,
extender los brazos,
y desnudarse hasta de la piel.
Ahí, bajo ella, encontré tus ojos, y tus preguntas,
de color rojo como si fueran venas.
Cogí mi abrigo de respuestas y me fui,
a desnudarme en otro horizonte.
Vino la muerte y tuvo tus ojos.
"questa morte che ci accompagna
dal mattino alla sera, insonne,..."
20.12.08
26.11.08
cueva que soy
Estoy desnuda de placeres;
mi anestesia
de ti
es mi único vestido.
Callar,
mar adentro
como una flecha que,
para no dañarte
me apuñala
y al atravesarme
crece en mí la cicatriz
y entra la luz.
mi anestesia
de ti
es mi único vestido.
Callar,
mar adentro
como una flecha que,
para no dañarte
me apuñala
y al atravesarme
crece en mí la cicatriz
y entra la luz.
10.11.08
lo que soy
Hacerse capas o un río, del que el dolor del agua sobre la piedra acaba quedando nada.
Ahora sueñas con ella.
Yo uso mi trabajo y mi imaginación para vencerlo todo.
Todo el miedo del mundo en el mundo soy.
Ahora sueñas con ella.
Yo uso mi trabajo y mi imaginación para vencerlo todo.
Todo el miedo del mundo en el mundo soy.
1.10.08
empezar
Ahora ya puedes volar lejos de aquí.
No hay nada que puedas hacer que no esté escrito.
Te has borrado para siempre de mi nieve.
No hay nada que puedas hacer que no esté escrito.
Te has borrado para siempre de mi nieve.
mentiras
Un grito en la calle no es un grito.
Un grito es un grito entre la soledad de las paredes blancas.
Un amante bajo las sábanas no es un amante, un amante no entiende de cuerpos, sólo de muecas de amor.
Un perfume de violetas no es un aroma, sí, una piel que huele y eres tú, recién levantada, pequeñas gotas de sudor corriendo en la espalda.
Una risa sin raíz no es risa,
y una lágrima sin sal no es la vida.
Un grito es un grito entre la soledad de las paredes blancas.
Un amante bajo las sábanas no es un amante, un amante no entiende de cuerpos, sólo de muecas de amor.
Un perfume de violetas no es un aroma, sí, una piel que huele y eres tú, recién levantada, pequeñas gotas de sudor corriendo en la espalda.
Una risa sin raíz no es risa,
y una lágrima sin sal no es la vida.
1+1 = 3
I
Porque te he escrito tantas veces, he dejado abierta nuestra historia tras de ti.
Tu imagen la he inventado cada día con esta tinta. Tu figura es mi presente aunque no estés. Evocarte es hacerte permanente en mi memoria y bloquearte.
Hay amores inagotables.
No puedo avanzar porque avanzo en el amor hacia ti.
Vivirlo con delicadeza deberá ser mi don.
Especular acerca de ti.
II
Vivo.
III
Si vinieras hasta mí,
a salvarme de ti,
abriría mi piel
para esconderte,
hacerte hueco en mi vientre.
Porque te he escrito tantas veces, he dejado abierta nuestra historia tras de ti.
Tu imagen la he inventado cada día con esta tinta. Tu figura es mi presente aunque no estés. Evocarte es hacerte permanente en mi memoria y bloquearte.
Hay amores inagotables.
No puedo avanzar porque avanzo en el amor hacia ti.
Vivirlo con delicadeza deberá ser mi don.
Especular acerca de ti.
II
Vivo.
III
Si vinieras hasta mí,
a salvarme de ti,
abriría mi piel
para esconderte,
hacerte hueco en mi vientre.
23.8.08
puzzle
Vengo aquí a suspirar.
Hace tiempo que no vengo. Hace más que no suspiro.
Me oyen los píxeles y no molesto.
Toda intención se va por la boca.
El sueño es soñarse.
El suspiro me devuelve la respuesta a mi pregunta jamás formulada.
Postdata: oigo gritos.
A veces odio el silencio que permite escuchar estos ruidos.
Hace tiempo que no vengo. Hace más que no suspiro.
Me oyen los píxeles y no molesto.
Toda intención se va por la boca.
El sueño es soñarse.
El suspiro me devuelve la respuesta a mi pregunta jamás formulada.
Postdata: oigo gritos.
A veces odio el silencio que permite escuchar estos ruidos.
18.7.08
26.6.08
ojos
Grandes nubes pasaron cerca.
Y me envolvieron.
No supe esquivar su abrazo
porque creía en ellas.
A veces, pude mirar a su través.
Siempre matizada por la bruma,
aprendí a leer el mundo con una piel que no era mía,
sólo casi mía.
Aprendí que la pureza era un mal
que acostumbraba a viajar conmigo
como un fantasma.
Y me envolvieron.
No supe esquivar su abrazo
porque creía en ellas.
A veces, pude mirar a su través.
Siempre matizada por la bruma,
aprendí a leer el mundo con una piel que no era mía,
sólo casi mía.
Aprendí que la pureza era un mal
que acostumbraba a viajar conmigo
como un fantasma.
9.6.08
20.5.08
4.3.08
Lágrima
¡entra viento!,
recorre el mismo camino que el oxígeno real,
mata lo falso, lo sucio, lo necio,
y da de beber a mi sangre, que está rota,
y que, hoy, presiona mi corazón hasta la garganta y hasta la voz...
Pasa, agujerea, rebasa, quiebra.
Es aire, aire y sal,
por mis narinas.
Lleno de mí,pero sin mí.
24.2.08
20.2.08
Atenas ( 03)
Quiero cantar las gestas de los hombres que no están,
... para ti.
Para ti vuelo hoy,
(y siempre)
a un profundo lugar desde el que contemplar la medida perfecta de tus movimientos,
de tu crecer.
Quiero ser la piel que muere de ti
y resucita nueva.
... para ti.
Para ti vuelo hoy,
(y siempre)
a un profundo lugar desde el que contemplar la medida perfecta de tus movimientos,
de tu crecer.
Quiero ser la piel que muere de ti
y resucita nueva.
6.2.08
Intensamente, la noche
Intensamente, la noche avanza hasta aquí.
avanza hasta aquí.
Serena mezcla de oscuridad clara,
comienza el baile de las sombras que no existen,
de aquéllas que el sol de la mañana desestima.
Asustadas, las estrellas
se encienden con valor en la espesura,
anunciando su corpúsculo anodino
a quien las idolatra aquí en la Tierra.
vestido con lo expoliado a la noche.
Palabras de su amante resuenan en su oído:
"Me voy hasta tu vuelta,
te dejo la Memoria de regalo."
avanza hasta aquí.
Serena mezcla de oscuridad clara,
comienza el baile de las sombras que no existen,
de aquéllas que el sol de la mañana desestima.
Asustadas, las estrellas
se encienden con valor en la espesura,
anunciando su corpúsculo anodino
a quien las idolatra aquí en la Tierra.
Disfrazado de negro, intenso negro,
baja el dios de la noche
recogiendo con su manto delincuente
algo terreno con que nutrir lo más divino.
Y así amanece el día como recién nacido,
vestido con lo expoliado a la noche.
Palabras de su amante resuenan en su oído:
"Me voy hasta tu vuelta,
te dejo la Memoria de regalo."
30.1.08
25.1.08
22.1.08
Las ciudades y los sueños
A Artemisa se llega de una única manera pero a través de infinitos caminos. Cuando uno concilia el sueño puro, se encamina hacia sus proximidades y comienza a adentrarse en ella, pero nunca consigue llegar a su corazón antes de que el sueño termine. Nada se sabe de ella con exactitud porque Artemisa es de todos los durmientes de las ciudades del día y de ninguno a la vez. Lo único que conoce cada uno y que no cuenta a nadie por creerla de su propiedad es el camino que tomó la noche anterior. El de regreso es el instante fugaz del despertar.
La ciudad se crea mientras se la recorre y sus diferentes partes se encienden y se apagan conforme unos soñadores llegan y otros se marchan. Artemisa no tiene límites ni espacio; es inmensa y minúscula a un mismo tiempo pues nace y se forma todos los días y cada día. Ni tan siquiera en los mapas del cielo los sabios la encuentran, porque Artemisa se olvida nada más regresar: los hombres no la recuerdan en la vigilia porque ella es la sorpresa de sus noches.
En realidad, uno de allí nunca se marcha del todo. Algo pequeño, algo casi invisible se lleva uno consigo de ella, que nunca vuelve. De este modo, la ciudad se desgasta, poco a poco, muy poco a poco, y siempre así desde que nació. Como las arrugas surcan la piel, como las flores languidecen, así va muriendo Artemisa, con la mirada más tenue pero más clara, más débil y sin embargo más luminosa. Artemisa envejece porque más que una ciudad soñada es una ciudad vivida en el sueño con intensidad.
La ciudad se crea mientras se la recorre y sus diferentes partes se encienden y se apagan conforme unos soñadores llegan y otros se marchan. Artemisa no tiene límites ni espacio; es inmensa y minúscula a un mismo tiempo pues nace y se forma todos los días y cada día. Ni tan siquiera en los mapas del cielo los sabios la encuentran, porque Artemisa se olvida nada más regresar: los hombres no la recuerdan en la vigilia porque ella es la sorpresa de sus noches.
En realidad, uno de allí nunca se marcha del todo. Algo pequeño, algo casi invisible se lleva uno consigo de ella, que nunca vuelve. De este modo, la ciudad se desgasta, poco a poco, muy poco a poco, y siempre así desde que nació. Como las arrugas surcan la piel, como las flores languidecen, así va muriendo Artemisa, con la mirada más tenue pero más clara, más débil y sin embargo más luminosa. Artemisa envejece porque más que una ciudad soñada es una ciudad vivida en el sueño con intensidad.
Las ciudades y el tiempo
Todavía no sé muy bien cómo aparecí en Alejandra. Atravesando espesas montañas de cristal, descubrí la silueta de una tierra ondulante extendiéndose con vehemencia bajo mis pies. A cada paso que daba, pequeños tallos de nuevas plantas iban germinando a una velocidad asombrosa entre mis piernas, y el cielo, recortado entre nubes no dejaba de adoptar una y otra forma cada vez que tenía la oportunidad de dirigir mi mirada hacia él. Aquél espectáculo de génesis continua me maravilló por momentos y cuando me detuve a coger una de aquellas pequeñas flores nacidas entre miles, averigüé la realidad de Alejandra. Esas tiernas hojas eran de goma, las voluptuosas nubes de algodón, de corcho de colores estaba formada la tierra. Alejandra es ciudad perecedera. Y en eso mismo consiste su debilidad y su grandeza.
Los edificios que fueron creciendo en mi camino, iban siendo construidos con papel de todos los tamaños y adoptando los volúmenes más insospechados, así como las calles que los rodeaban y les daban sustento se iban conformando con tiras de tersos plásticos de diversos gramajes unidos unos a otros con extrema perfección. Enormes plazas de cartón se abrían ante mis ojos llenas de fuentes, hechas de agua y que vertían su propio líquido fuera de sí mismas. Tampoco se olvida uno de los árboles hechos de olores de esta ciudad, que uno no ve y que sólo sabe que viven si respira los perfumes que desprenden cuando se camina junto a ellos. Se avanza en Alejandra y la ciudad nace, pero nace ya muerta.
Se puede vivir un día, o quizá dos, en Alejandra. Sus habitantes lo saben, pero no tienen tiempo de añorar la vida ni de temer la muerte. Sólo tienen tiempo para vivir muriendo. Y su felicidad es fugaz pero eterna bajo ese sol de fuego que ven brillar en un único amanecer y bajo una luna de plata que les ilumina en su única noche.
Alejandra es una ciudad sin horizonte, una ciudad sin mañana. Y si por ventura un viajero como nosotros, en un repentino gesto de nostalgia, vuelve la vista atrás hacia Alejandra, no la encuentra ni haciéndose ni deshaciéndose, sino que ya no la encuentra. Porque Alejandra es solo presencias y tampoco ella tiene pasado.
Los edificios que fueron creciendo en mi camino, iban siendo construidos con papel de todos los tamaños y adoptando los volúmenes más insospechados, así como las calles que los rodeaban y les daban sustento se iban conformando con tiras de tersos plásticos de diversos gramajes unidos unos a otros con extrema perfección. Enormes plazas de cartón se abrían ante mis ojos llenas de fuentes, hechas de agua y que vertían su propio líquido fuera de sí mismas. Tampoco se olvida uno de los árboles hechos de olores de esta ciudad, que uno no ve y que sólo sabe que viven si respira los perfumes que desprenden cuando se camina junto a ellos. Se avanza en Alejandra y la ciudad nace, pero nace ya muerta.
Se puede vivir un día, o quizá dos, en Alejandra. Sus habitantes lo saben, pero no tienen tiempo de añorar la vida ni de temer la muerte. Sólo tienen tiempo para vivir muriendo. Y su felicidad es fugaz pero eterna bajo ese sol de fuego que ven brillar en un único amanecer y bajo una luna de plata que les ilumina en su única noche.
Alejandra es una ciudad sin horizonte, una ciudad sin mañana. Y si por ventura un viajero como nosotros, en un repentino gesto de nostalgia, vuelve la vista atrás hacia Alejandra, no la encuentra ni haciéndose ni deshaciéndose, sino que ya no la encuentra. Porque Alejandra es solo presencias y tampoco ella tiene pasado.
15.1.08
variétés (03)
quiero tocar la Luna
_ y tú me tiendes una escalera de dedos cual peldaños _,
y ver desde allí
Subo sola,
pero no en soledad.
¿qué es la eternidad?
El Día es la esperanza de lo nuevo, del descubrimiento.
Mis ojos,
(y mi corazón)
se preparan
para la emoción.
Y sin saberlo,
para el recuerdo.
Mis ojos,
(y mi corazón)
se preparan
para la emoción.
Y sin saberlo,
para el recuerdo.
vida nueva ( 00 )
Para tener una nueva vida
hay que volver a nacer.
Yo he tenido ya dos vidas,
y sólo me quedan
mil y una más.
hay que volver a nacer.
Yo he tenido ya dos vidas,
y sólo me quedan
mil y una más.
vida nueva ( 02 )
Rozar los límites
como roza ahora esta tinta sobre el papel.
La libertad es la condición de nacer, buscar
un pasatiempo que entreteja este sueño que es vivir.
No poder hacer nada más que pensar en luz.
como roza ahora esta tinta sobre el papel.
La libertad es la condición de nacer, buscar
un pasatiempo que entreteja este sueño que es vivir.
No poder hacer nada más que pensar en luz.
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