9.6.08

Y los hilos que nos separan y nos unen son los mismos.

Perdí la cordura.
Mojé mi alma en el vaso semi vacío.

Saber esperar del mundo, un minúsculo segundo.
Mientras siga lloviendo, miraré a los pájaros.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Holaa!! me gusta lo que leo, escuchas la ciudad invisible de radio3?

Bueno, aunque no me haga mucha gracia te paso lo mio porque soy una persona de palabra, pero no lo divulguess tiaa!!

Oye, los ensayos de Montaigne son impresionantes...

www.fotolog.com/barry_vlc

diegobarrachina@hotmail.com

hablamoss, besoss

Noria dijo...

el alma, a veces, puede absorver todo lo que quede en el vaso, como una magdalena...

mejor, sólo completamente vacío, puede llenarse de algo distinto.

bu!
;)